La forma de “la Forma”.

La forma de “la Forma”.

                   Hablábamos de la inspiración, del tema, pero hay infinitas opciones de interpretación, de darle el carácter que queremos. Nuestro “estilo”. Cuando hablamos de estilo recordamos las diferentes corrientes artísticas, que marcan unos apartados claramente diferenciables, pero lo cierto es que la gradación entre ellos es infinita.  A groso modo, se puede apreciar como tres ejes de coordenadas con sus gradaciones que se cruzan e interactúan de forma que desde cada uno de ellos se puede ascender hacia los otros.

 Imagen

Algo parecido a esto.

Junto a la asimilación a una realidad natural o artificial, que supone más o menos figuración o abstracción, se da un componente de capacidad o intencionalidad de expresión interior que multiplica los resultados. El factor de inspiración externo sería ese ingrediente supuestamente objetivo, pero que al fin nada tiene de ingenuo, ya que el simple hecho de percibirlo es un proceso intelectual complejo que lo convierte en algo nuestro, subjetivo. Si a eso añadimos la necesidad de cambiar de dimensiones y/o material, la interpretación es cada vez más distante de la realidad. Pero aún hay que añadir otros muchos ingredientes culturales; poéticos, filosóficos, matemáticos…, que enriquecen enormemente los resultados posibles. Todo ello filtrado por nuestro estado de ánimo y nuestra implicación en el tema.

Pues bien, suponiendo que esta apreciación sea aproximada, empiezo por ese primer vistazo al tema externo que nos apetece representar. Según la teoría de la Gestalt,  Para traducir lo que vemos necesitamos proyectar sobre la imagen una rejilla que nos ordena la información por aproximación a un patrón conocido. Sería algo así como: “esto que estoy viendo se parece a esto otro que conozco”.

Esa comparación con nuestra enooorme base de datos visual es la única forma posible de analizar toda esa información que entra a mansalva por nuestros ojos (y que los artistas, además, se esfuerzan en codificar para ponérnosla más difícil aun –sí yo soy uno de los que lo pongo aún más complicado-). ¿De qué otra forma podríamos descifrar los siguientes ejemplos?

 Imagen

Este cartel de Cassandre de “Nord express” necesita de una información previa ineludible; algo como esto:

 Imagen

Más un cierto concepto de velocidad y sincretismo, por supuesto.

 Imagen

Este dibujo de Escher es bastante figurativo, a pesar de la visión particular que puede confundir. Comprobamos su realismo si encontramos el documento apropiado:

 Imagen

Que deja menos resquicios a la duda a base de aportarnos datos, quizás anecdóticos, pero que nos guían.

 Imagen

O esta guitarra de Braque, sin esta otra:

 

Imagen

 

Pero aún es más complicado cuando el sincretismo llega a límites de mentalidad infantil, como en este toro de Picasso:

        Imagen                                                        

Sin tener la información de lo esencial en un toro de lidia:

 Imagen

 Más aún cuando el componente es una pura abstracción que sólo contiene del original un simple movimiento:

 Imagen

Aún así nos sugiere la referencia evidente.

 

 

Y podemos comprobar que la abstracción puede soportarse al máximo si tenemos algo fundamental a lo que agarrarse; algo muy característico y querido como una boca o un ojo.

 

Ciertamente el resto informa, pero quizás aporta poco en lo esencial:

 Imagen

 Pero todo eso, con tener utilidad para movernos por la vida y apreciar el arte moderno, no vendría a cuento a este blog si no sirviera igualmente para otro fin, y es que la resolución del caos en los ambientes ambiguos también nos va a servir para otro fin…

RECURSOS DE INSPIRACIÖN o Ideación.

El recurso estriba en ese proceso que describe la Gestalt, localizamos un ambiente con profusión de formas ambiguas y de ahí extraemos múltiples posibilidades que resultan así originales.

Lo hacemos cuando miramos un cielo nublado de nimbos y vamos descubriendo formas. Lo hacía ya mi padre en la Escuela de Artes Aplicadas cuando sugería la “Inspiración por el garabato”. Funciona especialmente bien con las manchas de humedad y desconchones de la ciudad vieja. (Desgraciadamente esta fuente de inspiración se ha perdido bastante con el boom inmobiliario, aunque quizás la crisis nos la devuelva). Precisamente la etapa de los años cincuenta de la obra de Picasso parece estar inspirada por este proceso del garabato –aunque no es precisamente el período mejor de su producción, no fue muy exigente a la hora de depurar las formas, y conste que lo considero entre los cuatro o cinco mejores artistas de la historia-.

 Imagen

Las múltiples sugerencias que esta escena ofrece hay que tomarlas, en todo caso, con la libertad que un proceso de inspiración pide.

 Imagen

Un garabato con diversidad permite elegir recorridos muy variados que despiertan nuevas opciones impensadas.

 Imagen

¿Cuadro o pared deteriorada?

 

Imagen 

Este garabato de Frank Gehry…

 Imagen

…se resuelve en esta maqueta y luego en un gran edificio de Louis Vuitton en Paris.

 

 Imagen

Finsterlin también usó este recurso.

 Imagen

El expresivo Mendelshon… Y muchos otros grandes.

Deja un comentario